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EL DESARROLLO DE LA FITOPATOLOGÍA EN EL PERÚ: RESEÑA HISTÓRICA

La Fitopatología en el Perú: sus inicios, instituciones y personas que contribuyeron a ello

Germán García Rada (13), en su Libro “Fitopatología Agrícola del Perú”, 1947, menciona que en “el año 1878, el Sr. Manuel García y Merino publicó el primer libro de Fitopatología Peruana, titulado   “Las Epidemias de las Plantas en la Costa   del   Perú”   (11),   donde   el   autor   describe   diversas   anormalidades observadas en las plantas y las considera en su mayoría como causadas por las variaciones climáticas, concepto que imperaba en la época.

En su mismo libro, García Rada señala que el autor de “Las Epidemias de las Plantas en la Costa de Perú” hace la primera mención de la roya del trigo en el país indicando que desde 1687, se observaba ya al  “polvillo” que se presentaba en las plantas de trigo, reduciendo los rendimientos. Indudablemente se trataba de la roya del tallo, debido a las condiciones de temperatura y humedad prevalentes en la costa de Lima, que favorecen el desarrollo de la enfermedad.

Por aquella época, el área de trigo sembrada procedía de las variedades introducidas por los españoles, probablemente con escasa variabilidad genética, lo cual las hacía vulnerables a cualquier brote epidémico, sobre todo al cambio de virulencia dentro de la población del patógeno. El patógeno debió estar presente en las áreas de siembra pero en baja incidencia. Es de suponer que la variedad introducida, inicialmente resistente a la roya, se volvió susceptible a alguna variante nueva del patógeno que probablemente emergió por alguna interacción compleja entre el hospedante, el patógeno y el medio ambiente, que favoreció el desarrollo de la enfermedad con características de epifitia. Abbott (1) en 1928 indicó que existían 38 formas fisiológicas o estirpes conocidas de Puccinia graminis tritici con diferente capacidad de infectar ciertas variedades de trigo.  Postigo  y  García  Rada  (34),  indicaron  que  el  número  de  razas  del patógeno llegaba a las 250, de las cuales se hallaron más de 100 en el país en el período 1953-1960, y de estas, la raza 189, que se había detectado únicamente en el  Perú, fue la más virulenta de todas, debido a su capacidad de sobrepasar todos los genes de resistencia conocidos hasta ese momento. Esto muestra que las poblaciones patogénicas de P. graminis tritici difieren de una zona a otra y de año a año, lo cual dificulta tremendamente el desarrollo de variedades resistentes de trigo y otros cereales hospedantes.

Fundación de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria de Santa Beatriz en 1902, por la Misión belga a cargo del Ing. Jorge Vanderghem, y su traslado a La Molina en 1933.

Aparte  de  la  contribución  del  Sr.  García  y  Merino  como  un  hito  en  la Fitopatología en el Perú, el inicio de esta disciplina está ligada a la fundación de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria de Santa Beatriz, (ENAV), Lima, Perú en Julio de  1902  (33,  35),  por  la  Misión  belga  conformada  por profesores contratados del Instituto Agrícola de Gembloux, liderados por el Ingeniero  Agrónomo  Jorge  Vanderghem.  Posteriormente  la  Escuela  paso a llamarse     Escuela  Nacional  de  Agricultura,  (ENA),  cuando  la  parte  de Veterinaria fue separada en 1944.

La formación profesional de los ingenieros agrónomos requería del conocimiento de los diversos problemas que afectan a los cultivos, entre estos la Patología Vegetal. Esta disciplina fue considerada desde sus inicios en el curso de Botánica.

En la Memoria de las Bodas de Plata de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria, 1902 – 1927 (35), por su Director Fundador Ing. Agr. Jorge Vanderghem, se cita que en el tercer año el capítulo de Patología Animal y Vegetal se dictaba en el curso de Microbiología. En el Cuarto año, el curso de “Botánica incluía la Patología Vegetal, que trataba los parásitos vegetales, enfermedades debidas a insectos y otros animales, y   enfermedades no parasitarias”.

En cuanto a la enseñanza práctica de fitopatología que se dictaba en cuatro años de estudios, recién en el cuarto año se hacían prácticas de “determinación microscópica de las enfermedades y su evolución (ciclo de la enfermedad), examen de los insectos productores de enfermedades, su evolución, práctica de los métodos para combatir las plagas, y preparación de diversas soluciones anticriptogámicas e insecticidas y su aplicación”.

Los Pioneros

Los profesores que enseñaron el curso de Botánica que incluía la Fitopatología fueron:        los   Ingenieros   Agrónomos   Leopoldo   Hecq,   (1904-1906);   Carlos Deneumostier, (1907-1911) y Julio Gaudron, (1912-1952).

El Gobierno peruano, comprendió que la Escuela Nacional de Agricultura debía ser no solamente un centro de enseñanza técnica para la formación de profesionales, sino también un centro de experimentación y de consulta en materias agrícolas. Por iniciativa del Dr. Carlos Larraburre, profesor fundador de la ENAV y Director del Ministerio de Fomento, fue creada la Granja Escuela y las estaciones Experimentales de Caña de Azúcar, de Algodón, de Zootecnia, que más tarde sirvieron de base para organizar  un centro de experimentación:  la Estación Central Agronómica, con diferentes secciones, entre estas, la Sección de Botánica y Patología Vegetal para estudiar las enfermedades criptogámicas, sus remedios y la forma de prevenirlas. Esta sección pasó a denominarse desde

1913 Sección de Botánica y Fisiología Vegetal, que tenía bajo su dependencia los servicios de Parasitología y Patología Vegetal, herbarios, Jardín Botánico y el Control de Semillas. Esta Estación Central Agronómica fue una entidad dependiente de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria.

El curso de Fitopatología que se ofrecía en el tercer año fue desdoblado en Fitopatología General y Fitopatología Especial, dictados en el cuarto y en el quinto año, respectivamente.

Para  completar  el  curso  de  Fitopatología,  dependiente  de  la  Sección  de Botánica, el Ing. Agr. Julio Gaudron agregó al estudio de las enfermedades criptogámicas el de la peste causadas por insectos (Entomología), de acuerdo al criterio de ciertos países europeos de considerar bajo la denominación de Fitopatología las enfermedades tanto de origen animal como vegetal. En 1933, al  pasar  la  Escuela  Nacional  de  Agricultura  a  su  sede  de  La  Molina,  la enseñanza de la Entomología fue separada de la Fitopatología.